Este proyecto consistió en la construcción de dos muelles para cruceros de 220 m de largo, los cuales permiten el atraque de embarcaciones de hasta 300 m de eslora. Estos muelles se comunicaron por medio de una pasarela de 120 m de longitud con el fin de facilitar el ascenso y descenso de los pasajeros. Constan de una cimentación profunda a base de elementos prefabricados y una superestructura de concreto reforzado, misma que tiene una calzada de operación de 10 m de ancho, así como un muelle perimetral marginal formado por tablestacas de concreto, lo cual permite mantener el calado necesario para la navegación de las embarcaciones. Además, disponen de todos los servicios, como recolección de basura, extracción de aguas residuales y suministro de agua potable.
Los muelles incrementan la capacidad de atraque de uno a tres cruceros al mismo tiempo, lo que significa, en términos de volumen de descenso, un crecimiento de 2 500 a 7 500 personas durante cualquier día del año.