CGAL construyó el primer puente basculante en México, el Albatros. Este puente mejoró sustancialmente la comunicación, ya que al comunicar directamente con la autopista Siglo xxi permite al transporte terrestre que mueve la carga desde o hacia el puerto evitar el tránsito a través de las calles de la ciudad.
Este puente especial, diseñado para cuatro carriles, está cimentado con pilas de concreto armado que soportan una estructura con un ancho de calzada de 16 m. Dicha estructura cuenta con un mecanismo pendular que abre el claro central del puente en un lapso máximo de tres minutos, permitiendo el paso de las embarcaciones por el río Balsas.
La obra es el producto combinado del ingenio mexicano y la tecnología alemana. Las dos hojas metálicas que forman el claro basculante, son empujadas por cuatro pistones construidos por la firma Wohtbör. De esta manera, el giro de ambas “alas” del Albatros se sostiene en ejes fabricados en Europa con acero especial de alta capacidad para soportar el peso. Este sistema del puente, cuyo nombre recuerda a las conocidas aves marinas de alas muy extensas, recibirá mantenimiento cada seis meses y tendrá una vida útil de veinticinco años. Tan solo el sistema basculante –único en el país– coadyuva a que el puerto Lázaro Cárdenas sea considerado el segundo centro portuario más importante en el litoral del Pacífico. Incluye seis bombas de operación cotidiana más cuatro de respaldo, los tableros de control, el software para la operación y el sistema de iluminación.
En 2010, el puente Albatros obtuvo el primer lugar nacional e internacional del concurso anual de obra pública y privada convocado por Cemex.